EL JUEGO DE LA VIDA
- infopatyence
- 2 jun 2021
- 3 Min. de lectura

En realidad, la Vida no es más que un juego, una oportunidad única de experimentar... El juego no es más que eso, una forma de aprendizaje a través de la experimentación, cuando somos niños experimentamos con piedras o con palos, experimentamos con los objetos que están a nuestro alcance, normalmente juguetes, pero no le hacemos ascos a nada, maquillaje, herramientas, los zapatos de mama...
Experimentamos con nuestro comportamiento, ¿Qué ocurre si no obedezco? ¿Qué ocurre si me pongo a brincar?...
Experimentamos a través de nuestras relaciones, ¿Qué ocurre si no te respeto? ¿Qué ocurre si te quiero abrazar?
Experimentamos porque son nuestras experiencias las que nos enseñan, las que nos guían, las que nos llevan a crecer, a aprender, a conocernos a descubrirnos...
Crecemos y aunque parece que la historia cambia, lo único que cambia es que nos imbuimos de cierta importancia y que por el hecho de ser adultos creemos que dejamos de jugar, pero no es así, quizás dejemos de divertirnos, de disfrutar, lo cual no habla en nuestro favor, porque si esto es un juego no debería perder de vista la diversión, el entusiasmo y las ganas de aprender, que son, no lo olvides, las que te trajeron hasta aquí, hasta este hermoso planeta llamado Tierra.
Pero sigamos adelante...
A pesar de hacernos adultos lo cierto es que seguimos inmersos en un enorme laboratorio de experimentación. Porque experimentamos, placer, dolor, agobio, frustración, aburrimiento, deseo, desconfianza, admiración... La lista de experiencias que podemos vivir como seres humanos es inmensa y tiende al infinito... ¡¡y más allá!!
Lo que ocurre con muchas de las experiencias que se nos brindan es que no son de nuestro agrado, son incomodas de transitar... Y por ello me resisto a hacerlo, a vivirla de una forma consciente, a respirarla, a sentirla a dejarme transformar...
Trato de proyectar la experiencia, colocándola en un lugar alejado de mí, pero vuelve... siempre vuelve, cada vez con más fuerza, con más intensidad...
Hay ciertas experiencias que me niego en rotundo a experimentar, como si estuviera en mi mano esa decisión, como si lo pudiera controlar...
¡¡Has venido a experimentar todo aquello que la vida te propone!! Aquí es donde algo internamente me cortocircuita y entonces me digo, no, no, yo no quiero vivir esto, ¿porque a mí? ¡yo no necesito esto en mi vida!
Trato de defenderme de mi experiencia montando toda una estructura mental y la lista de excusas, de pretextos y de justificaciones que me cuento llegados a este lugar es inmensa y tiende al infinito y más allá...
Lo cierto es que somos unos maestros de la retórica, de la verborrea mental, hemos aprendido a utilizar muy bien la mente racional, tan bien que se ha convertido en un freno evolutivo, porque me enredo una y otra vez en mis construcciones mentales, me cuento, me digo y me vuelvo a contar, me escudo, me justifico y me vuelvo a enredar, para llegar siempre al mismo absurdo lugar, ese que me mantiene presa de mis pensamientos, agarrada a ellos sosteniéndolos identificándome con ellos, asustada, aguerrida, librando una batalla tan solo en mi interior... Mi mente me defiende de lo que siento, de lo que vivo y hago todo lo que sea con tal de no experimentar !!!!
¡¡¡Estoy tan confundida, tan extraviada, tan dolida internamente, tan contrariada!!!
Y aquí hago un alto en el camino para llevarte a otro lugar...
¿Porque crees que la vida te quiere dañar? ¿quién te ha dicho que las experiencias dolorosas te hacen mal? Tus experiencias están diseñadas para ti, las diseña tu vida para tu evolución personal, a veces son duras de transitar, a veces son intensas de verdad, pero la transformación que promueven es brutal...
Y tu Vida te susurra... Suelta todo, suéltalo yaaa.... no tienes que hacer nada, solo darte el permiso de sentir, de vivenciar... Respira y ábrete a experimentar...
Vivir lo que tu Vida te propone... te llevará a estar en PAZ
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